El vídeo es un recurso que nos ha acompañado desde siempre. Hasta ahora, era el complemento perfecto para reforzar conocimientos, o mostrar procesos que visualmente eran más fáciles de interiorizar.
En este momento, su protagonismo es indudable, y se debe en gran medida, a que permite disfrutar de su dinamismo, pero al mismo tiempo, simular una interacción con la persona experta que casi nos traslada al aula.
Esto solo es el principio, la evolución natural nos permitirá una mayor explotación de este recurso, pero será sin duda, el pilar del proceso de enseñanza-aprendizaje del futuro. Las generaciones más jóvenes son muy audiovisuales “nacen con un vídeo debajo del brazo”, y es este recurso uno de los más potentes ya que les introduce en los distintos aprendizajes, por ello, será fácil aprovechar esta conexión para facilitar estos procesos. No tiene sentido otra cosa.
Para sacarle mayor partido al vídeo como recurso didáctico, necesitamos tener en cuenta ciertos aspectos en el proceso de producción. A continuación, detallamos cuáles:
- Ponente del vídeo: es protagonista indudable, por lo que es necesario colaborar con una persona que tenga la capacidad de interactuar con la cámara de un modo ameno, conciso y, sobre todo, que sea estimulante su discurso. Por supuesto, su conocimiento es el aval del producto, pero el peso de su habilidad de comunicación ante la cámara, es vital para enganchar al auditorio.
- Estructura del vídeo: no podemos dejar de lado la importancia del guión previo a la grabación. Este guión es el pasaporte perfecto hacía la meta de éxito que estamos buscando. La improvisación y la imprevisión no son buenas aliadas. Se debe buscar la espontaneidad y naturalidad de la persona experta, que sí son valores positivos, pero sin la preparación previa necesaria no serán garantía para estimular suficientemente a las personas que están al otro lado del dispositivo.
- Calidad del vídeo: el actual proceso de digitalización en el que estamos inmersos nos ayuda a disponer de herramientas que garantizan la calidad. No necesitamos un estudio de grabación o accesorios muy sofisticados. A un precio muy asequible podemos incorporar como herramientas de trabajo todo lo necesario para grabar un vídeo de calidad. Como imprescindibles mencionamos la luz (bastaría con un foco o lámpara que homogeneice la iluminación), el audio (un micrófono de solapa puede ser suficiente), y la herramienta de grabación (los dispositivos móviles actuales cubren la calidad que necesitamos). Es decir, a un coste bajo, podemos obtener un resultado más que satisfactorio.
El e-MasterClass se apoya básicamente en lo comentado hasta ahora: vídeos cortos de personas muy expertas en el área de competencia, y con una habilidad alta para estimular con su discurso.
El Vídeo Learning incorpora además de esto, otros recursos didácticos que persiguen ayudar en la interiorización de conceptos, ideas clave, imágenes de refuerzo, preguntas interactivas... que se van incorporando en el vídeo para alimentar una correcta curva de aprendizaje.
Próximo objetivo: ¡ Probemos !
Os invitamos a realizar la formación en Recuperación Emocional Post Covid-19, tan necesaria en estos momentos.