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Gamificación en 5 pasos

La gamificación es una práctica que ha ganado terreno en los últimos años debido, en parte, al auge del learnability, que es la necesidad actual de estar aprendiendo constantemente, y a la aparición de nuevas herramientas y tecnologías que hacen que la formación sea más accesible, dinámica, atractiva y ¡hasta divertida!, en definitiva que enganche más y consigamos altas tasas de finalización, alumnado más fidelizado y sobre todo, mejor formado.
Begoña Colorado
Begoña Colorado
Responsable de Proyectos E-learning, Plataformas-Factoría de Contenidos Multimedia

¿Cómo aplicar la gamificación en nuestras formaciones?

En Criteria RRHH te lo contamos, del mismo modo que se lo hemos mostrado a todas las personas asistentes de Formando Futuro, el I Salón de la Formación para el Empleo en el que hemos sido invitadas como potentes, por nuestra experiencia utilizando las mecánicas de juego en entornos de formación on-line. 

Cuando en Criteria abordamos un proyecto de gamificación seguimos estos 5 pasos, que nos van a guiar para que el resultado sea excelente: 

Primer paso: Detección de necesidades 

Este punto es vital para que el proyecto esté acorde con las pretensiones de la empresa cliente. 

Cuando acudimos a realizar una consultoría de formación a una empresa, es habitual mostrar todos nuestros productos para que se valoren las distintas posibilidades de lo que podríamos hacer. 

Pero la mejor opción como empresa consultora no es enseñar todo lo que hacemos, si no ahondar en cuál es la necesidad formativa o quizás de otro tipo, de recursos humanos, de comunicación, etc. que quieren cubrir. 

Cuando te explican sus necesidades en detalle, lo primero que se debe hacer es valorar si cuadra o no la formación, y si dentro de esta, es recomendable o no aplicar la gamificación. Algunos aspectos que podemos solemos valorar para aconsejar a la empresa que realice una formación gamificada son: 

  • Si es un tema muy aburrido y necesitan generar engagement. 
  • Si la plantilla está cansada de tanta formación y ya no saben cómo engancharles. 
  • Si quieren probar algo nuevo, disruptivo y no han hecho nada de gamificación. 
  • Si quieren quitar ese aire de seriedad que tiene la empresa. 
  • Si han tenido experiencias previas de referencia, por ejemplo, han ido a un escape room presencial de empresa y les ha encantado. 
  • Etc. 

Cuando creemos que es viable, es el momento de preguntar: 

¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para quién? Y la pregunta mágica… ¿Con cuánto presupuesto contamos? 

Una vez tenemos estos datos, podremos analizar mejor, junto a la empresa cliente, cómo desarrollar dicha formación gamificada. 

En general, para casi todos los motivos, objetivos, personas y presupuestos, podemos ofrecer un producto gamificado, aunque hay que analizar bien qué se necesita y hasta dónde podemos llegar, esto nos lleva al cómo, que son los siguientes pasos: al tipo de juego, la integración del contenido, la puntuación y el premio final. 

Segundo paso: Elección del tipo de juego 

Una vez que ya tenemos decidido que sí vamos a hacer gamificación, tenemos que aconsejar y pensar con la empresa cliente qué tipo de juego vamos a hacer: con metáfora visual o no, con tablero de juego o no, con retos o sin ellos, con escenario o escenarios para interactuar, gamificar sólo las evaluaciones o todo el curso, etc. 

Y pensar la metáfora visual: el espacio, los cuentos, basados en series, de misterio…, esto depende mucho de la creatividad y del atrevimiento de las empresas clientes, desde Criteria, según el contenido del curso y a lo que se dedica la empresa, solemos hacer varias propuestas, unas más realistas y otras más metafóricas, para que se decidan. 

Cuando ya tenemos decidido el tipo de juego vamos al paso siguiente. 

Tercer paso: Integración de contenido en el juego 

Esta es una de las partes más complicada, porque nos condiciona el contenido facilitado sobre el que tenemos que trabajar. Este idealmente debería ser de calidad y al mismo tiempo breve y ágil para que se adecue bien al formato. 

Por todo ello, contar con guionistas instruccionales es vital si queremos ofrecer un producto excelente. La función de estos profesionales es entrelazar el contenido en la historia a través de animaciones, pantallas, pop ups, dependiendo del tipo de juego elegido, se irá mostrando al pulsar un elemento en el escenario, al resolver un reto, al elegir una casilla, etc. 

 

Cuarto paso: Selección del sistema de puntuación 

Otra de las cosas a decidir es cómo se va a puntuar: en los juegos se consiguen insignias, elementos, puntos, vidas, quesitos, etc. 

Y otro elemento clave es pensar si se va a competir con una misma, con otras personas o entre grupos. Por ejemplo, en un escape room competimos con nosotras mismas para conseguir salir de un lugar resolviendo pistas y llegar al final del juego, o podemos conseguir más puntos que otras personas y que se establezca un ranking de puntuaciones individuales o por departamentos. 

Para conseguir los puntos, se compita con quien se compita, deben realizarse una serie de tareas o retos, que en nuestro caso deben basarse en objetivos formativos, no perdamos de vista el componente pedagógico, a través de los cuales se van adquiriendo conocimientos y habilidades y se va a avanzado en la curva de aprendizaje. 

Quinto paso: Decisión sobre el premio final 

Con este último paso la gente se suele entusiasmar, sobre todo si es por equipos y el premio es algo muy bueno. 

Se trata de que las personas jugadoras, pues ya no son alumnas, ¡estamos ante un juego!, si consiguen llegar al final o ganar más puntos que el resto (en el caso de establecer un ranking), obtienen un premio. Puede ser algo virtual: poder abrir una caja secreta donde está el código ético de la empresa, ganar una copa, rellenar todos los quesitos del trivial; o algo real: un día libre más al año, regalo de un producto de la empresa, un bono de regalo, etc. 

Si esto se consigue además por equipos, se pueden crear un clima de mayor compañerismo y de competitividad divertido. 

Desde Criteria RRHH animamos a pensar en premios chulos, ya que pueden ser muy motivadores. 

Al final, lo que queremos es que la gente aprenda, conecte con su empresa y que ésta consiga cubrir sus necesidades de crecimiento y desarrollo, que pasan por tener una plantilla bien formada y satisfecha. 

 

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